Dar vida, animar y sistematizar un proceso de crecimiento integral que entiende la persona del educando como un ser relacional y en continuo proceso de maduración; por eso, atender al desarrollo simultáneo de les dimensiones que configuran al ser humano: cognitiva, emocional, práctica, ética, estética y espiritual.
Interiorizar, desarrollar, gestionar y proyectar la educación emocional y acercando el bienestar personal y social en un proceso continuo y permanente, supervisar y entender las emociones propias así como las de los otros y también nuestro pensamiento y las consiguientes acciones.
Exponer y proponer y, al mismo tiempo, vivir y actuar la Integridad Personal que permitirá descubrir o redescubrir importantes aspectos personales, relacionarnos efectiva y afectivamente con nosotros mismos y con los otros y obtener la serenidad, la paz interior y el encuentro con uno mismo.